Dante el buscador... ficha #2
Actualizado: 10 sept 2019
Ficha No 2 Mental emocional.
A Dante le gustaba leer, asistir a cursos, talleres que estimularan sus habilidades y conocimiento. Sabía exactamente en qué persona quería convertirse, y la manera como eso se diera necesariamente debía empezar por su pensamiento. Buscaba conversaciones con personas interesantes, escuchaba asertivo diferentes maneras de pensar, era selectivo con quien compartía su tiempo. Tenía claro que no todas las personas te suman, y en ocasiones es mejor estar alejado de las personas o situaciones toxicas.
Para que esta ficha mental, funcionara, Dante se levantaba cada mañana, al abrir sus ojos abrazaba la bendición de estar vivo en ese momento del tiempo y del espacio, dedicaba unos minutos a crear su día. Tenía claro que viviría su vida para el futuro y no quejándose o lamentándose por lo que hubiera podido pasar en el pasado. Tenía una pequeña cajita sobre su mesa de noche y en ella escribía momentos que quisiera tener en su día. El los llamaba, mis frutos, después de escribir sus momentos del día, como si fuera el director de una película, se levantaba. Creo que esta era la ficha que el más disfrutaba.
Dante era pasional, vivía cada una de sus emociones al cien por cien, cuando estaba feliz su sonrisa se hacía gigante, de igual manera cuando estaba enfadado quien estuviera a su lado, sacaba la disculpa para huir. Dante era bueno vibrando en cada una de sus emociones, desde las más bajas hasta las más altas. Esto quiere decir que sentía cada emoción tal cual se presentaba, no buscaba tener el control sobre ella, solo vivía la sensación, vibraba con ella y al sentirla en su plenitud, la dejaba partir.
La tarea para Dante con esta ficha era exigente, debía ser consciente de sus emociones para conocer exactamente su escala de vibración y así tener una conexión con su fuente. En la medida que lograra tener alineación con su fuente, sabía que se sentiría libre, poderoso, bueno, feliz. Que su vida estaría llena de amor, valor y propósito, que finalmente de esta forma todo estaría bien.
Dante entonces se propuso como habito, que aquellos momentos en los que no se sintiera bien por algún motivo, debían ser cambiados, sencillamente con otro pensamiento. Por ejemplo cuando se sentía aburrido y solo, paraba. Empezaba a generar pensamientos en su mente que lo hicieran sentirse a gusto con el hecho de tener el regalo de pasar tiempo solo, lo maravilloso que era verse disfrutando de su propia compañía, estos pensamientos, lo llevaban aunque sea por un minuto a sentirse mejor y aliviado. Así era como salía rápidamente de sus vibraciones más bajas, generando pensamiento, tras pensamiento sentirse mejor. Dante se convirtió en un mago siendo capaz de pasar rápidamente estados como el temor a la confianza, o del desánimo a tener una expectativa positiva.
Este es un hábito que aún sigue practicando sobre todo cuando siente que un poco desanimado.
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